Laureano (1995), Cuenta una leyenda de los nómadas Tuareg sobre la personificación humana del Desierto del Sahara describiéndolo como un gigante extendido. En el norte de Chile, duerme otro gigante y su nombre mas común es Atacama.
Sobre El Sahara, La leyenda relata que hace millones de años, el gigante se habría acostado sobre la espalda, de sur a norte, en la parte norte de África. De pelo grueso, como los bosques tropicales del Ecuador. Sus pies son las altas cumbres de la cadena del Atlas. Sus órganos son los tesoros del subsuelo. El vientre desnudo y sin problemas se hace de las vastas soledades centrales. El gigante parece dormido, pero no exento de movimiento. El gran cuerpo, inmerso en los dos océanos, arroja una sombra sobre el mundo antiguo. Sus ciclos biológicos explican los fenómenos naturales del desierto: el aliento eterno del viento y el pulso inquieto de grandes dunas, las montañas arrugadas y secas, y la disolución continua y la descamación de las llanuras áridas, el calor febril de las rocas y el sudor de la cueva húmeda. Las acciones del pueblo del Sahara son un componente fundamental de la fisiología del gran gigante: trabajar en las minas, en los pozos, dejar huellas significa afectar los órganos internos, un toque en los estados de ánimo, el cambio de la dermis. Las acciones son permitidas, pero reguladas por límites precisos. El ciclo vital del titán, impone el modo de habitar y producir, da ritmo al tiempo del trabajo y del reposo, de la fiesta y del dolor.
El Gigante se extiende de espaldas, parece dormido.
Afectados por el color azulino de la luz de la mañana.
Sus Pliegues son las montañas y llanuras.
El aliento eterno del viento, la disolución continua.
Partes de su cuerpo, las formaciones rocosas.
Los ciclos vitales se expresan en sus flujos, que afloran desde los órganos internos.
Se manifiestan en sus valles fértiles, donde afloran sus tesoros mas preciados.
Y los habitantes son parte de él, que interfiere en su dermis, modificando sus ciclos biológicos.
Las acciones del pueblo, afectan la fisiología del Gigante,bajo el color rojizo de la luz del atardecer.
Como señala Pietro Laureano, la personificación del Sahara realizada por la metáfora de los Tuareg con su imagen hace la realidad profunda de la vida del desierto, la complejidad biológica intensa, de los cuales el ser humano es un elemento esencial, la historia antigua y rica cultura. Esta condición se puede leer en el paisaje, organizado y construido con el tiempo a través de la interacción a largo plazo de las personas con estos espacios, pero la humanización del espacio alude a algo más. ¿Quién dijo que el gran gigante debe permanecer para siempre en los lugares donde se vea relegada ahora? ¿Qué leyes o cadenas lo mantienen confinado en África? ¿Por qué su mirada ardiente no podría volverse a su vez hacia otros lugares, al otro lado del Mediterráneo, sólo aparentemente distantes, pero realmente tan cerca?
* Traducción y adaptación de Rosa Chandia Jaure, del texto original en italiano.
Laureano, Pietro, (1995) La Piramide Rovesciata. Il Modelo dell’oasi per il pianeta Terra. Bollati Boringhieri. pg. 11.
Fotografías por Rosa Chandia Jaure, en marzo de 2012, Desierto de Atacama, específicamente en la comuna de Diego de Almagro, 3º Región de Atacama.