Quienes hemos nacido en esta etapa de la evolución de la humanidad, nos vemos obligados a actuar frente a los problemas que surgen como consecuencia del crecimiento ilimitado y la expansión de las ciudades. Los recursos que disponemos para satisfacer las demandas sociales que hoy tenemos, se agotan, y nos guste verlo o no, tendremos que reinventar la habitabilidad a partir de la escasez, unos lo hacen ahora voluntariamente, otros lo harán probablemente sin otra opción.
La tecnología nada tiene que ver con el razonamiento y la aplicación efectiva de ésta como medio para la existencia del ser humano. Ya ensayadas y reconocidas las posibilidades que ofrece la tecnología para el desarrollo de la civilización, debemos ahora discriminar con sabiduría cuáles son las herramientas tecnológicas que realmente debemos utilizar.
El hombre es un ser cíclico en cuanto a sus conocimientos, ha aprendido y olvidado una y otra vez, todo se vuelve a inventar. El conocimiento no se transmite, desde que surgen las sociedades industrializadas. Las personas cada vez tenemos menos nociones técnicas para manejar el hábitat, ya que todo viene resuelto por otros. Hasta que se produce el vacío, no hay herencia de conocimientos y por lo tanto volvemos a cero.
Mi investigación apunta a aprender lo que como sociedad hemos olvidado, a rescatar estas estrategias tradicionales y locales, que por muchos años fueron menospreciadas por el estilo internacional, por la globalización y por el mundo estandarizado. Identificar lo local, las técnicas en el manejo del agua, las formas de construir y habitar. Conocimientos valiosos, que hoy más que nunca debemos rescatar, aprender y aplicar en el contexto del mundo que hoy vivimos.
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Persistencia de lo Habitable 